La
psicomotricidad ocupa un lugar importante en la educación infantil, ya que está totalmente demostrado que sobre todo en la primera infancia hay una gran interdependencia en los desarrollos motores, afectivos e intelectuales.
La psicomotricidad es una técnica que tiende a
favorecer por el dominio del movimiento corporal, la relación y la comunicación
que se va a establecer con el mundo que rodea a la persona.
Por medio del desarrollo de la psicomotricidad se
pretende conseguir la conciencia del propio cuerpo en todos los momentos y
situaciones, el dominio del equilibrio, el control y eficacia de las diversas coordinaciones globales y segmentarias, el control de la
inhibición voluntaria de la respiración,
la organización del esquema corporal y la orientación en el espacio,
una correcta estructuración espacio-temporal, las mejores posibilidades de
adaptación a los demás y al mundo exterior y crear una puerta abierta a la
creatividad, a la libre expresión de las pulsiones en el ámbito imaginario y
simbólico y al desarrollo libre de la comunicación.
Importancia
y beneficios de la psicomotricidad
Sirve
como un canalizador, ya que el niño puede descargar su
impulsividad sin culpabilidad. Esta descarga será determinante para
su equilibrio afectivo.
Facilita
la adquisición del esquema corporal, permite que el niño tome
conciencia y percepción de su propio cuerpo.
Favorece
el control del cuerpo, a través de la psicomotricidad el niño
aprende a dominar y adaptar su movimiento corporal.
Ayuda
afirmar su lateralidad, control postural, equilibrio, coordinación,
ubicación en tiempo y espacio.
Estimula
la percepción y discriminación de las cualidades de los objetos así como
la exploración de los diferentes usos que se les puede dar.
Crea
hábitos que facilitan el aprendizaje, mejora la memoria, la atención y concentración,
así como la creatividad del niño.
Introduce
nociones espaciales como arriba-abajo, a un lado-al otro lado, delante-detrás,
cerca-lejos y otros más, a partir de su propio cuerpo.
Refuerza
nociones básicas de color, tamaño, forma y cantidad a través de la experiencia directa
con los elementos del entorno.
Se
integra a nivel social con sus compañeros, propicia el juego grupal.
Ayuda
a enfrentar ciertos temores, el niño fortalece no solo su cuerpo sino también
su personalidad superando así ciertos miedos que antes lo acompañaban.
Reafirma
su autoconcepto y autoestima, al sentirse más seguro